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Científicos y docentes de nuestra facultad estudian los efectos del consumo de cocaína en el cerebro de las ratas

Se trata de un modelo neurobiológico que analiza los efectos del consumo de cocaína en el cerebro en relación a factores como el aislamiento social. También, el equipo realiza talleres de concientización sobre las consecuencias del consumo de sustancias problemáticas para la salud en escuelas secundarias.

Un equipo de científicos de la facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR investiga el consumo de sustancias problemáticas con el objetivo de aportar conocimiento científico en el diagnóstico, tratamiento, y prevención de las drogas ilícitas en la ciudad de Rosario.

Este equipo interdisciplinario de las áreas de Toxicología y Servicio Pedagógico Universitario conformado por bioquímicos, químicos, psicólogos, médicos, veterinarios y educadores viene trabajando hace más de una década en distintos proyectos de investigación.

La primer línea de investigación combina el estudio en animales a través de un modelo de investigación neurobiológico muy extendido en Estados Unidos,  con el proyecto de extensión “Yo cuido mi cerebro” destinado a concientizar a  estudiantes de escuelas secundarias sobre los daños o efectos del consumo de sustancias problemáticas en el cerebro.

La segunda línea de investigación aborda el consumo de cocaína en personas con el proyecto piloto de efectos del consumo de cocaína en  embarazadas y bebés recién nacidos (neonatos), y otro sobre la relación entre el infarto de miocardio y el consumo de cocaína. (nota aparte) 

MODELO NEUROBIOLÓGICO: CÓMO CAMBIA EL CEREBRO CON EL CONSUMO DE SUSTANCIAS

El estudio de los efectos del consumo de cocaína en animales comenzó en el año 2010 con el regreso al país de la investigadora Dra. Alejandra Pacchioni, que estudió el fenómeno de la reincidencia del consumo de cocaína en ratas durante 5 años en un laboratorio de EEUU, en el marco de su postdoctorado en la Universidad de Medicina en Carolina del Sur.

Desde el paradigma de la neurociencia, se analizaban los efectos de la cocaína en el cerebro de las ratas para entender el problema de la adicción en el ser humano: “Eran animales tratados con cocaína, después se le sacaba la droga y se estudiaba el comportamiento, es decir lo que hacían para que vuelvan a buscar la cocaína. Todo este fenómeno visto desde la reincidencia que es uno de los problemas más grandes para las personas”, recordó la investigadora, que también había estudiado previamente la interacción entre el estrés y las anfetaminas.

Este modelo que estudia la vía de señalización relacionada con las proteínas en el cerebro se implementó en el área de Toxicología de la facultad con el objetivo de abordar los efectos a largo plazo de la cocaína y el estrés social en la adolescencia.

Alejandra Pacchioni, que trabaja junto con las investigadoras Lic. Alejandrina Funes, Med. Vet. Abraham Ramírez, Dra. Romina Martinelli, Dra. Cintia Konjuh explicó: que si bien el aislamiento que se aplica en las ratas adolescentes es breve y suave: “Tanto en los animales como en los seres humanos, el aislamiento es un problema por la necesidad de interacción y juego que necesitan los adolescentes con sus pares en esa etapa”, explicó la investigadora del CONICET/FBIOyF.

Las primeras conclusiones indican que el aislamiento social “impacta en la respuesta de cocaína a corto y largo plazo, por lo que estudiamos qué cosas se modifican en el cerebro,  prestándole especial atención a la vía de señalización Wint que analiza las proteínas del cerebro y se relaciona con la vulnerabilidad, que es la mayor o menor predisposición al consumo de la sustancia”.

Para la investigadora Dra. Alejandra Pacchioni, repatriada en el marco del programa Nacional Raíces, el conocimiento científico sobre la problemática del consumo de drogas tiene un desarrollo mayor en el paradigma social y psicológico del individuo: “En general no se le da una mirada biológica a los consumos problemáticos, faltaban estudios que te digan que el cerebro cambia a largo plazo y que el consumo tiene consecuencias para la salud. Además, en los nuevos estudios comparamos el efecto tanto en ratas macho como hembra, saliendo de la mirada puramente androcéntrica”, afirmó.

CONOCIMIENTOS PARA CONCIENTIZAR ESTUDIANTES DE ESCUELAS SECUNDARIAS

La falta de información científica sobre los efectos del consumo de sustancias problemáticas derivó en el proyecto de prevención “Yo Cuido mi Cerebro” que tiene como destinatarios a jóvenes y adolescentes de las escuelas secundarias de la ciudad.

Esta actividad de extensión que se desarrolló desde el año 2012 hasta la irrupción de la pandemia de COVID 19 en el año 2019, contempla tres instancias: la charla sobre el impacto que genera el consumo de drogas en el cerebro, el taller- debate con los estudiantes y por último la encuesta anónima donde se explicita el nivel de conocimiento, información y acercamiento a la problemática del consumo.

Al respecto, la directora del Servicio Educativo Universitario, Mg. Amelia Reinoso subrayó: “La charla está lejos de estigmatizar y de juzgar cualquier comportamiento de los chicos, es una charla de conocimientos científicos. Luego se organiza el taller en grupos, se debate y se da la palabra a los estudiantes para que  expresen sus conocimientos, sus emociones, y sus experiencias respecto del consumo y conocimiento de sustancias psicoactivas”.

En relación a la metodología, la directora del Servicio Educativo Universitario de la facultad, agregó: “Los talleres se coordinan para dar la palabra a los alumnos, con una interacción fluida y sobre todo amigable para generar un clima de confianza, nuestro pedido a las instituciones es que los docentes no estén presentes para que ellos se explayen y cuenten sus experiencias, y se les explica que la última actividad es un cuestionario anónimo que nos permite ver el nivel de conocimiento que tienen tanto de las drogas legales como ilegales”.

En principio, la actividad estaba dirigida a los estudiantes de 5º año, pero el avance del policonsumo temprano en esa franja etaria y el acceso a una gran variedad de sustancias problemáticas llevó al equipo interdisciplinario a reformular el proyecto para que se involucren todos los años del nivel secundario.

Lo que transmitimos en la charla es cómo las drogas pueden cambiar el funcionamiento del cerebro sin que te des cuenta, eso es lo más preocupante, va cambiando y cuando te diste cuenta es muy difícil volver atrás”, sintetizó Alejandra Pacchioni.

Hasta el año 2019, participaron más de 2500 alumnos de Rosario, Granadero Baigorria y Fray Luis Beltrán, y durante el 2021, con el retorno gradual de las actividades se desarrollaron encuentros virtuales con docentes, padres, estudiantes y vecinos en la Escuela Técnica “Osvaldo Magnasco” con el objetivo de formar promotores de salud comunitaria en prevención de adicciones.

Actualmente, este equipo integrado por Dra. Claudia Drogo, Silvana Biolatto, Berenise Frati, Carlos Cámpora, Ma. Eugenia Racca y Rosina Burgos, está abocado a la tabulación de las encuestas y a la elaboración de las conclusiones.

Fue una experiencia muy fuerte hablar y escuchar a los estudiantes no solo para transmitirles este conocimiento científico logrado en nuestra facultad sino también para escuchar sus preocupaciones . Como actores universitarios, siempre apostamos a mejorar la calidad de vida de la comunidad”, valoró Amelia Reinoso.

 

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